lunes, 21 de marzo de 2011

Adicciones:Chicos en riesgo y padres desorientados

Salió en Clarín el 20/3/11

Una noche, mi hijo empezó a escuchar ruidos: decía que lo perseguían, tenía miedo, lloraba. Tuvimos que dejar que se durmiera en nuestra cama para que se tranquilizara. Parecía un bebé. Pero es un gigante de un metro noventa, que tiene 27 años”.Silencio. “Yo ya viví esto y no hice nada. Pensé que era grande, que se le iba a pasar...” Marta rompe en llanto. “Ahora me cuesta mucho perdonarme”. Su voz se convierte en un hilo que se clava en el pecho, donde hundió su cabeza temblorosa. Su marido le toma la mano, suspira y deja que su mirada se pierda en el techo. Su hijo, Julián, no puede manejar su abuso de la cocaína. Están preocupados, destruidos, pero cuentan que al día siguiente Julián se despertó, pidió perdón y se fue a trabajar. Y ellos se fueron a ver un evento deportivo para el que tenían entradas. A su alrededor, unos quince padres de chicos que usan drogas esperan turno para contar su drama.


La escena, presenciada discretamente por Clarín, ocurrió en la sede de “Proyecto Cambio”, una organización que se dedica a tratar a jóvenes que tienen problemas de consumo o adicción. “Estos grupos de orientación para padres son el primer contacto”, explica la codirectora del lugar, Susana Barilari. “Hay mucha desconfianza, dolor, mucha culpa. Ese mismo día nos reunimos con cada familia y les hacemos una breve devolución. Después tienen que venir los chicos. Siempre fue lo más fácil, pero ahora los padres no se animan a decirles que vengan. Esto es nuevo y muy serio”, dice. Si se logra, ese encuentro permitirá un diagnóstico, y luego de un mes de observación comenzará un tratamiento en el que será clave la participación de la familia y los amigos.

La reunión sigue. Miriam y Carlos cuentan que su hijo de 20 años consume marihuana, y que cuando le dicen algo los maltrata y deja de hablarles. Hay peleas fuertes, y palabras que se lleva el viento. “Recién ahora nos estamos poniendo de acuerdo entre nosotros”, murmura Miriam. Gladys sospecha que su hijo se droga, habló con él y no consiguió nada: ni que la escuchara ni que dejara de volver borracho a casa. Su marido no vino: cree que lo del chico es normal.


“No hay acompañamiento familiar en el pasaje de la adolescencia a la adultez. Los chicos están más conectados con el celular o la computadora que con sus papás”, advierte Barilari. Y enseguida previene: “el diálogo es muy importante. Pero no hay que hablarles de drogas, porque los chicos saben mucho más que sus padres sobre sus peligros y efectos. Y así se desvirtúa un diálogo que tiene que ser jerarquizado. Es mejor decirles que estamos preocupados por ellos porque llegan tarde o porque no conocemos a sus amigos”.


El doctor Carlos Damín es titular de la cátedra de Farmacología de la facultad de Medicina de la UBA, jefe del servicio de Toxicología del Hospital Fernández, y sin dudas uno de los profesionales que más sabe sobre los riesgos de las drogas. “Excepto con el paco, yo no hablo de jóvenes adictos, sino de usuarios o abusadores. Según nuestras estadísticas, un 30 por ciento de los usuarios comete abusos o con el tiempo se hará adicto a las drogas”, explica.


Como todo buen médico, Damín es un excelente observador: “los padres van a buscar a sus hijos al boliche y ven a sus amigos borrachos, pero no quieren darse cuenta de que el sábado que viene el chofer será otro padre, y el borracho será su hijo.” Otra pincelada: “los adultos tenemos que tomar menos medicamentos, porque los chicos también creen que cualquier cosa se puede arreglar o tapar con una pastillita”. La última: los padres deben ser cuidadosos. Para sus hijos, perder el grupo de pertenencia es más grave que cualquier reto de ellos. Y hoy, la ‘regla social’ para los chicos es beber alcohol. Por eso en las familias y desde los gobiernos habría que promover hábitos saludables: deportes, actividades al aire libre, cumpleaños, reuniones familiares.”


Para responder a la demanda insatisfecha de consejos y evaluaciones profesionales, Damín creó junto a otros especialistas la Fundación FAITH, un espacio de consulta preventiva. “No hay pastores ni ex adictos, sino médicos con mucha experiencia que estamos para disipar dudas sin caer en retos o agitar miedos estériles. La mayoría de los chicos que prueban sustancias no corre peligro, pero es bueno estar atento, saber qué hacer y qué no”, explica. Tan descuidado está este segmento de pacientes –el más grande– que las obras sociales y prepagas no lo tienen en cuenta: ante una consulta por drogas, derivan al afiliado a los centros de rehabilitación, especializados en abusadores o adictos.


Claudio Santa María, rector del Instituto Superior de Ciencias de la Salud y organizador de charlas sobre adicciones en los colegios, se apresura en advertir sobre el peligro de la creciente tolerancia social con respecto a las drogas: “Se están minimizando los riesgos. Para prevenir excesos y adicciones es necesario un pacto social entre los padres, la escuela, la sociedad y los medios. Si alguna de estas cuatro patas no está, cualquier modelo difícilmente funcione.”


Autor de encuestas masivas sobre hábitos adolescentes entre estudiantes secundarios y sus familias, Santa María comenta algunos datos que le resultan elocuentes. “El 34 por ciento de los padres no sabe dónde están sus hijos cuando no los ven en casa, seis de cada diez no conoce a los amigos de sus hijos o los conoce muy poco, y un 15 por ciento de los chicos comparte la mesa familiar menos de tres veces por semana. En estos agujeros se cuelan los desencuentros, la falta de diálogo, la sensación de los chicos de que sus cosas no le importan a nadie. Hay que involucrarse en sus proyectos, acompañarlos desde un rol adulto”, remata.


Hace dos años, la investigadora Cecilia Arizaga realizó para el Observatorio Argentino de Drogas de la Sedronar un trabajo cualitativo para evaluar la tolerancia de los padres ante el consumo de alcohol por parte de los adolescentes, cuyas observaciones son muy jugosas. “Hicimos muchas entrevistas, y notamos que en las clases medias altas hay mucho padre cómplice, a quien le parece bien que su hijo pruebe cosas, y hasta lo acompaña a comprar cerveza. Es una tolerancia militante”, explica Arizaga. “Otra tipología es la del padre negador –o más bien cómodo– que relativiza las señales, se va de la casa y deja a los chicos solos para no ver. Y los hijos responden a ese simulacro compartido: recogen las botellas, se ponen perfume. En esos hogares todo queda silenciado.”


En las entrevistas a solas, los chicos reclamaban padres contenedores, que no los mantuvieran encerrados por miedo ni los dejaran librados al azar. “Ellos perciben que las jerarquías dentro del hogar se están desdibujando y, aunque saquen provecho de eso, les parece mal”, advierte Erizaga.


Mamá de una hija adolescente, la investigadora aporta sus propios tips: “me gusta ir a buscarla a los boliches y que suba al auto con varias amigas. Así presencio diálogos entre ellas que son muy reveladores. A los chicos hay que dedicarles tiempo”, aconseja.


Carlos Souza es presidente de la Fundación Aylén, una institución que se dedica a la recuperación de pacientes con adicción a las drogas. “Los padres suelen oscilar entre dos posiciones muy opuestas. O tienden a normalizar el problema o, si son padres atentos y presentes, se angustian frente a una señal de peligro de consumo por parte de sus hijos.”


En base a su larga experiencia con chicos usuarios y adictos a las drogas, Souza enumera lo que considera son los errores más frecuentes que cometen los padres que tienen indicios o sospechas de que sus hijos usan drogas. “Los ‘padres-amigos’, que buscan la aprobación constante de sus hijos y pierden autoridad para ponerles límites, caen fácilmente en situaciones de manipulación, culpa o pequeñas extorsiones, y terminan acompañando –a veces resignados– proyectos que ya fracasaron o que a simple vista lucen imposibles”, comienza.


“Otro error muy frecuente es el de la negación de las señales, que suele enmascararse con frases como ‘las borracheras son normales’ o ‘todos los chicos prueban cosas’. Su contracara, los que ven en cualquier tipo de consumo una adicción severa, no es menos peligrosa: una reacción desbordada y tratamientos radicalizados pueden ser muy inconvenientes. Por último, el error más general es la falta de información no sobre las drogas, sino sobre las condiciones emocionales y los factores de riesgo que promueven el paso de una situación de experimentación a otra de abuso.”


Los factores de riesgo a los que se refiere el especialista no están relacionados directamente al uso de drogas, sino a señales de inmadurez, impulsividad, falta de adecuación a las pautas y sentido de responsabilidad adecuado a las distintas etapas evolutivas del joven. ¿El mejor antídoto? Acompañarlos con límites: promueven personalidades capaces de tolerar frustraciones y estimulan el aprendizaje en el control de los impulsos. Para Souza, un joven puede estar en mucho riesgo sin haber consumido drogas, si es que no logró desarrollar proyectos positivos. “Lo mejor es consultar ante las primeras señales, porque ante una situación de emergencia queda menos margen para elegir la mejor modalidad de tratamiento. Salvo cuando hay riesgo de vida inminente, creo que los tratamientos deben ser voluntarios. Y si hay una familia que acompaña, siempre es mejor que sean ambulatorios.”


Desde hace años, Juan Antonio Lázara edita la famosa “Guía del Estudiante”, escucha y convive con adolescentes desorientados. “El problema más grave es el consumo de cerveza”, dice. “Y ojo con otras adicciones nuevas, como la adicción a Internet, que produce dispersión, ansiedad, sedentarismo y también invita al consumo de comida basura, alcohol y eventualmente drogas”. Los riesgos están cerca, a mano. Las armas para alejarlos, también


Para los padres, la meta es acompañar el crecimiento
PorSusana Barilari Directora de proyecto cambio


Qué difícil acompañar el crecimiento de un hijo adolescente.


Ahora todo es distinto: en la adolescencia se ponen en marcha hábitos, conductas, y horarios diferentes a los de años atrás.
Todos estos cambios corresponden a nuevos intereses, nuevos aprendizajes y nuevas necesidades de los jóvenes. Y estos nuevos aprendizajes los llevan a diferenciarse de los adultos: aunque ellos tal vez no lo saben, están en la sana búsqueda de su autonomía.


Aquí comienzan los dilemas: ¿las nuevas conductas son peligrosas? Para nosotros lo son. ¿Las permitimos? ¿Nos oponemos? ¿Dejamos hacer sin intervenir? ¿Cuál sería el acompañamiento ideal? Para empezar, seamos claros: sí, siempre debe haber un acompañamiento.


Se puede hablar y dialogar, compartir, discutir y disentir. De este intercambio quedarán algunos puntos más claros, pero lo fundamental es que, como “adultos conductores”, los padres seamos concientes de lo que podemos o no podemos aceptar de este mundo nuevo. Debemos transmitir claramente lo que consideramos de riesgo, aún sabiendo que los jóvenes llegarán hasta el límite en su experimentación: los cambios de conductas propias del crecimiento se confunden a veces con aquellas que son causadas por la ingesta de alcohol y otras sustancias.


El gran desafío para padres y terapeutas es comprender los grandes cambios sociales del mundo de hoy sin perder de vista que los problemas, en su esencia, son siempre los mismos. El objetivo final es acompañar el crecimiento



Dudas, preguntas y tests para hacer en familia

Los especialistas y familiares de chicos usuarios de drogas consultados por Clarín enumeraron varias situaciones, diálogos y actitudes frecuentes y repetidas entre las personas que comenzaron a consumir sustancias. Algunos pueden parecer triviales, otros exagerados. Pero a cualquier padre o madre preocupados por sus hijos podrían decirles algo: Mi hijo (o hija) contesta mal, está raro y agresivo.

En la escuela no se concentra, llega tarde, puede quedar libre.

Empezó y dejó varias carreras o trabajos. No le preguntamos nada, para no molestarlo.

Ya no se ve con sus amigos de siempre. Ahora lo llaman otros chicos, o anda solo.

Cuando sale de noche, muchas veces vuelve borracho o con olor a alcohol, y no lo vemos bien. No siempre sabemos adónde fue o con quiénes salió.

Cada vez con más frecuencia dice que se queda a dormir en casas de amigos, o encadena varios planes sin regresar al hogar. A veces no sabemos con certeza dónde puede estar.

Como sus horarios son diferentes a los nuestros, cada vez almorzamos o cenamos juntos con menos frecuencia.

No le ponemos muchos límites ni obligaciones para no abrumarlo. Mejor que sea libre.

Estamos tranquilos: las veces que hablamos con él sobre las drogas nos dimos cuenta de que sabe mucho, y eso seguramente evitará que abuse de ellas.

En su mochila había algo que desconocemos. Nos dijo que era de un amigo.

Nos dijo que probó marihuana sólo una vez. ¿Será cierto? Aceptó que a veces consume drogas, pero dice que puede dejarlas cuando quiere. Le creemos, además ahora todos los chicos lo hacen.

En la pareja no hablamos mucho de los comportamientos extraños que vemos en nuestro hijo, porque enseguida se arman discusiones.



“A mamá le decía ‘mirame, estoy perfecta’, y estaba drogada”
 Probó la cocaína y no la pudo controlar. Su madre la consentía, pero su papá logró rescatarla.

JUNTOS. CAROLINA LOGRO DEJAR LA COCAÍNA. SUS PAPÁS, CECILIA Y MANOLO, ADMITEN QUE NO LE PONÍAN LÍMITES.

Al comienzo no se trataba más que de algún porro en una fiesta, un consumo social que se sumaba a la dulce compañía que una buena lluvia de alcohol brindaba en los encuentros con amigos. Carolina era una adolescente temperamental y llena de argumentos para justificar cualquiera de sus actos. Una adolescente, en fin. “En 1998 empecé a consumir mucha cocaína, y también tomaba alcohol. Para 2007 ya me drogaba todos los días”, repasa hoy, a los 29 años, con su voz grave y unos ojos de cielo que traslucen los escombros de aquel estrago.
Usaba la cocaína para no comer, o para no dormir. Para ir a trabajar, para poder levantarse: “Entré en una vorágine; empecé a llegar tarde, a faltar. Después dejé el trabajo, ya no veía a mis amigas, y al final había días en que no volvía a dormir a casa”.

La pendiente estaba trazada, y Carolina la transitó sin detenerse. Para que ella y su hermana menor tuvieran algún ingreso, sus padres abrieron un quiosco, que en poco tiempo se convirtió en parada preferida de varios consumidores de drogas. Se puso de novia con un pibe que también consumía, y su abuso de la cocaína se disparó a las nubes. Hasta que un día, el cumpleaños de su mamá, no pudo levantarse de la cama. Una década de mentiras, de engaños consentidos y excusas increíbles se derrumbó de golpe.

Entonces empezaron las charlas sobre los efectos de las drogas, que “no eran tan malos”, y menos para ella que la tenía “controlada”. Impotente ante la degradación de su hija, Manolo arregló una entrevista en la Fundación Aylén, y logró que Carolina aceptara asistir a ella: dos días después la internaron para un tratamiento de recuperación. Fue en abril de 2009.

Respaldada por la ceguera de su mamá Cecilia, Carolina fue alejándose de las miradas torvas de Manolo. “A mamá le decía ‘mirame, estoy perfecta’, y en ese mismo momento estaba drogada.” “Yo estaba en otro mundo”, admite Cecilia, la mirada clavada en su taza de café. “Por eso en aquel cumpleaños quedé destruida: el estrés de ese trauma me desató una artrosis reumatoidea, y durante un año no dejé de llorar”, dice, y rompe en llanto. “No lo podía asumir. Mi marido y yo somos blanco y negro: él muy exigente, yo muy permisiva”, explica. A su lado, Manolo hace gestos: “Yo aguantaba, porque si no tenía que pelearme con las dos, empezando por la madre. Cuando el problema estalla, las diferencias que existen entre los padres se acentúan. Y muchos terminan separándose”. Cecilia lo interrumpe: “Es duro admitir que ese pensar distinto ayudó a que pasara lo que pasó”. Otra vez Manolo: “Mi mujer no puede desconfiar de sus hijos. Yo sí, y así pude rescatar a Caro”.

Su hija asiente: “Papá era el malo, a mamá le sacaba todo. En mi último tiempo con las drogas yo me daba cuenta de que él sabía algo, que me veía mal. Por suerte se me acercó, empezó a estar conmigo en el quiosco. Yo quería decirle que me estaba drogando con todo, pero no podía.” La dura voz de Manolo se resquebraja. “Siempre pensaba en una canción de José Luis Perales, en la que un marido habla del amante de su mujer, y cuenta el dolor de saberla en sus brazos.

‘Es un ladrón, que me ha robado todo’ , dice la letra. Bueno –solloza– ese amor era mi hija, y el ladrón un sobre chiquito de polvo que te da infelicidad”. Silencio. Manos inquietas. Lágrimas.

“El tratamiento fue durísimo, pero fui saliendo”, se enorgullece Carolina. “Hace un año empecé a trabajar en un banco, en noviembre me mudé sola, y si todo sigue bien creo que en unos meses me darán el alta definitiva”. Entonces se asomará al futuro, una noción que hasta hace un tiempo no figuraba en sus mapas. En ese futuro, espera, habrá un título universitario y una familia propia. “Perdí mucho tiempo, no puedo regalar más nada”, evalúa. “Hay gente que puede consumir drogas sin engancharse. Pero otros somos más débiles, y debemos asumirlo. Tenemos que pelear contra un demonio que tenemos adentro. Y esa pelea se da todos los días.”









“Yo nunca sospeché nada, y por eso perdí bastante tiempo”


 Su hijo salía desde chiquito, y a veces no volvía a casa. Temió exagerar, pero lo salvó de la adicción.





MADRE CORAJE. VERONICA ASUME ERRORES Y AGRADECE HABER INTERVENIDO.


Sin reparos, Verónica abre su casa y su corazón. Su casa, en un barrio privado de Del Viso, fue el escenario de la sorpresa más penosa de su vida. Su corazón, grande como un planeta, la obliga a contar su historia y la de su adorado hijo Moncho, para que todos los padres sepan cuánto cuesta abrir los ojos a ciertas situaciones, cuánto vale haber podido enfrentarlas con decisión y tenacidad. Algunas palabras visitan con insistencia sus labios atropellados: error, dolor, esfuerzo, gracias.



“Moncho siempre fue muy tranquilo; lo que le costaba era adaptarse a los colegios: se distraía, se perdía. Durante años fuimos de un psicólogo a otro, y él que sonreía y decía ‘no puedo, a mí no me da’. Pasó por cuatro escuelas de doble turno, un ritmo muy exigente que no era para él. Cuando repitió octavo año del EGB y lo cambiamos a una escuela de jornada simple, empezó otra historia. Siempre fue muy amiguero, y también muy deportista”, sonríe Verónica.



Ella y el papá de Moncho ya estaban separados cuando su hijo se incorporó a los ritos habituales de los chicos de los countries de la zona norte, sin que nadie en su familia los objetara: a los 12 años, “ir a boludear” con los amigos en la puerta de los cines Village de Pilar; a los 13 asistir a los bailes de matiné en el club de rugby SIC; luego, repetir la experiencia en los boliches de Pilar. “Dicen que los más chicos no les venden alcohol, pero es mentira”, advierte la mamá.



Una tarde, Verónica vio a su hijo y algunos amigos cuchicheando detrás de los árboles del fondo, y sin saber por qué –asegura– estuvo segura de que estaban fumando marihuana. “Al día siguiente se lo dije y se puso como una pantera: ‘que te pensás, que voy a drogarme, y encima en mi casa’, decía a los gritos. Esa reacción me puso en alerta”, recuerda. Fue un shock. Pero el cachetazo llegó tres días después. “Le habíamos conseguido un trabajito en un taller de cerámica, y él estaba encantado. Gran error: esa semana lo fui a visitar y lo encontré muy drogado, me quería matar. Resulta que en el fondo del taller los dueños tenían una huerta en la que crecían dos grandes plantas de marihuana.” Al día siguiente, Verónica hizo lo que nunca: le revisó la billetera, los cajones y los bolsillos a su hijo. Había marihuana por todos lados. Aturdida y enojada, pero resuelta, le contó todo al papá de Moncho. “Hagamos algo ya”, coincidieron. Una suerte: pocas veces se da semejante sincronía entre los padres. “Un conocido nuestro tiene una Fundación de ayuda a adictos pesados, y nos aconsejó que lo lleváramos a “Proyecto Cambio”. Pero antes lo quería ver. Cuando le dijimos a Moncho se armó una violenta pelea, pero lo llevamos igual. Menos mal: nuestro amigo nos dijo que no perdiéramos tiempo, que nuestro hijo estaba listo para incorporar nuevas drogas”.



Verónica habla sin titubear, pero un mínimo temblor aletea en sus dedos. “Después fui dándome cuenta de otros errores. Los fines de semana, Moncho me decía que iba a la casa de un amigo cuyos padres yo conocía, que después iban a salir, que se quedaba a dormir ahí… eran todas mentiras. Yo nunca sospeché nada, y así perdí bastante tiempo. El último verano antes de entrar a Proyecto, hace dos años, nos habíamos ido de vacaciones a Uruguay, y lo vi vivir de noche y dormir de día, todo el tiempo. Me pareció que era lo que hacían todos los chicos. Error total”, se castiga.



“Después me enteré que a los 15 había empezado a tomar mucho alcohol, que poco después pasó al porro y que, aunque algunos de sus amigos también fumaban cada tanto, él no pudo zafar”. El tratamiento fue duro. Moncho tenía que ir a Belgrano todos los días, y su mamá, su papá, su hermanito de 10 años –hijo de otra pareja de Verónica que también quedó atrás–, sus amigos y hasta la nueva esposa de su padre debían acompañarlo.



“A los pocos meses me entraron dudas. Pensé que lo de mi hijo no era tan grave, que podíamos estar exagerando. Por suerte el papá se puso firme. Después me di cuenta de que a los otros padres les pasaba lo mismo. Todos escuchábamos las mismas cosas. Todos teníamos el mismo hijo”, redondea, y por un segundo calla para que sus labios aprieten un cigarrillo.



“Ahora soy una agradecida. Crecí mucho, tengo demasiado que festejar y que agradecerle a Moncho. Hoy me afecta cualquier maltrato, el no registro del otro. Y se ordenó el hogar: ahora comemos juntos, hablamos”.



Hace tres meses Moncho terminó la secundaria, y ahora estudia Cine. También empezó a salir de noche algunos días, aunque no puede tomar ni manejar, y debe despertar a su mamá cuando llega a casa. Entonces charlan sobre cómo fue esa noche, cómo pudo disfrutarla sin emborracharse ni drogarse. Casi siempre los sorprende el amanecer





Dónde pedir ayuda


Proyecto Cambio. Rehabilitación ambulatoria de la drogadicción.

Teléfono: 4553-6777 4554-2912.
http://www.proyectocambio.com.ar/
proyectocambio@sion.com
Benjamín Matienzo 2639, Capital.

Fundación Aylén Teléfono: 4791-4691
http://www.aylen.org.ar/
Laprida 1340, Vicente López.


Fundación FAITH. Orientación y diagnóstico ante el uso de drogas. Teléfono: 4803-7085 (de 14 a 18)
http://www.faith.org.ar/
consultas@faith.org.ar
Lavalle 1747 Piso 8° D.



SEDRONAR. Secretaría de Programaciónpara la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico.
Teléfono del Centro de Consultas y Orientación: (011) 4393-4513/4538 (int. 112 o 133).
cedecor@sedronar.gov.ar
Sarmiento 546, Capital

martes, 15 de marzo de 2011

Maratones del Alma & Risa



Encuentros creativos mensuales para

Re ver tus asuntos personales despejando el camino

hacia un mejor estar con psicodrama & color , meditación & risa



Te esperamos el 23 de Marzo de 19 a 21hs

Para que vivencies este saludable recurso , que hará diferencia en tu hoy.

En el atelier de salud creativa en Nuñez

Informate más, reserva tu lugar y gracias por correr la voz





INAUGURAMOS


*Jueves de Meditación a Color & Club de la Risa

*Entrenamiento en psicodrama 1 & 2 y 3 intensivo

*Seguimos con venta libro “Maratones del Alma”



Lic.Liliana Allocati Villanueva

http://www.psicodramaycolor.com.ar/


maratonesdelalma@gmail.com

miércoles, 9 de marzo de 2011

VIII Congreso Iberoamericano de Psicodrama

Sábado 14 Acreditación en hoteles 6:30 pm Inauguración Coctel de bienvenida-Cañonazo de las 9pm Concierto

Domingo 15 Trabajo en las comunidades

Lunes 16 9:00 am- 1:00pm Taller psicodramático Presentación de libros y 2:30 pm-6:30 pm Sesiones de presentación de trabajos

Martes 17 9:00 am-1:00pm y 2:30 pm-6:30 pm Sesiones de presentación de trabajos-Velada Poética

Miércoles 18 9:00 am-1:00pm y 2:30 pm-6:30 pm Sesiones de presentación de trabajos-Cena FIP Ranchón del Palco

Jueves 19 9:00 am-1:00pm Trabajo psicodramático en la comunidad de la Habana Vieja (en parques, Plazas y espacios abiertos)y 4:00 pm-6:30pm Clausura-Concierto



Informaciones informales pero muy necesarias:

Para un mejor desarrollo de nuestro congreso es sumamente importante brindarle algunas informaciones de asuntos que seguramente le será muy útil conocer. Siempre la realidad es mucho más compleja pero crea mayor seguridad si tienen un ABC.
A partir de ahora les comunicaré algunos detalles de nuestro congreso o asuntos internos generales. Le llamaré a estos mensajes ESTO TE AYUDA SONRIE Y VIVE EL MOMENTO ESPONTANEAMENTE

1- Es importante que sepan que la sede del congreso tiene sus calles de adoquines o piedras, además de ser un espacio bien amplio donde seguro caminarán bastante diariamente por lo tanto es mucho mejor que asistan a nuestro congreso con zapatos bien cómodos y ropa ligera (por el calor) que además los ayuda en el trabajo psicodramático.
2- En nuestro país existen dos monedas: Una llamada CUC y otra Moneda nacional (MN). Para que tengan una idea (aunque por experiencia de otras personas solo se entiende después de estar días en Cuba)
1USD = 0.80 cuc
1 cuc = 24.00 MN en las casas de cambio, en algunos establecimiento se lo cambian a 23 MN (mejor traer euros)
3- Las Shoping son en CUC con precios muy parecidos a los de sus países, los restaurantes de mejor calidad son en CUC y los hospedajes también y todo el pago a través de la Agencia Receptiva. Los extranjeros pagan la mayoría de los servicios del país en CUC.
4- Hay establecimientos de comida en MN mucho más baratos, y el que quiera cambia dinero en MN y emplear estos servicios.
5- Hay dos servicios de taxis. Uno en CUC y para cubanos los carros viejos pero bellos en MN que hacen recorridos preestablecidos.
Hay transporte urbano por supuesto: guaguas (ómnibus, bus) como le llamamos nosotros, bien llenas sobre todo en horarios picos pero un buen momento para tener “calor humano” en exceso y tener contacto DIRECTO con hermosos hombres y mujeres cubanas jajaja
6- La sede es una antigua fortaleza militar del otro lado de la bahía, se accede a ella a través de un túnel sólo para vehículos que va por debajo del mar. Queda de la Habana Vieja a 5 minutos.
7- El transporte asegurado es a través de la Agencia receptiva o el que haya buscado otra agencia de viajes si le incluyó transporte. Creemos que lo más económico es la oferta de la agencia puesto que la transportación independiente en cuc es cara, a no ser que tomen transportes urbanos ya mencionados.
8- Los delegados que no vengan por esta vía se trasladaran por sus medios: taxis en CUC o MN o transporte urbano público entre otros.
9- Existe un servicio turístico: HabanaBusTur que tiene un costo de 5 cuc que tiene un recorrido por las partes de la ciudad más significativas y es muy atractivo.
10- Se montarán kioscos en MN de comida (sobre los 25 MN o sea 1 CUC) y otros kioscos de Comida ligera en CUC (pizzas, refrescos enlatados, panes) para el almuerzo durante el congreso. El que lo desee puede salir de la Sede pero deben tener en cuenta que sería en transporte que paguen al momento.
11- En las afueras de la cabaña siempre hay taxis en CUC fundamentalmente además nosotros gestionaremos una piquera de taxis en CUC para todo el que desee salir fuera de los horarios de llegada y recogida para los delgados que vienen por agencias turísticas que quieran moverse fuera de los horarios de comienzo y termino de actividades
12- En nuestro país, POR SOLO TENER ACCESO POR VÍA DE SATELITES solo pueden acceder al servicio de internet a través de los hoteles que venden dicho servicio. No existirá ningún punto en la sede del congreso donde puedan tener este acceso. No obstante la agencia receptiva les enviará información al respecto.
13- Le enviamos un proyecto de programa preliminar

lunes, 7 de marzo de 2011

Encuentro Llamada 5 de marzo de 2011



En el 1º encuentro de Llamada realizado el sábado 5/3/11 nos encontramos un grupo numeroso de entusiastas miembros de la RED. Algunos de nosotros relacionados a instituciones, otros no, psicólogos, psicólogos sociales, profesores, técnicos en recreación, quienes trabajan con niños, otros con 3º edad, varios que venían por primera vez, algunos con muchos años de psicodramatistas, y otros que recién se inician en este apasionante camino.

Llamada es inicialmente y fundamentalmente una red de psicodramatistas, sin fines de lucro que se reúnen una vez al mes para compartir en grupo desde la espontaneidad y la creatividad, con un “sueño”: el de ir generando una nueva modalidad de compartir desde el aprendizaje en forma horizontal y no institucionalizada.

Moreno lo propuso y en cada encuentro de Llamada lo hacemos. Nos nutrimos con lo que otros hacen, algo diferente, algo que nos hace pensar, que hace bien y que genera el deseo de volver, de seguir aprendiendo y de compartir.

La experiencia de otros países muestran muchas veces fuertes luchas por el poder. Nuestra propuesta es que la Red Llamada no sea una prisión sino un nido cuyo poder sea “poder albergar a todos” (Dalmiro Bustos)

La parte económica se resuelve con un “a la gorra” para colaborar con el lugar donde ese día se hizo la reunión.



En cuanto a las incumbencias de “Llamada” y su relación con los Congresos Iberoamericanos de Psicodrama, que se realizan cada dos años, Llamada quedo como entidad convocante por la Argentina cuando se cierra la SAP, cabe aclarar que hay un “Foro” compuesto por representantes de cada país integrante del mismo, el cual tiene como función la organización de los Congresos Iberoamericanos. Liliana Fasano y Adriana Piterbarg son las representantes de la Argentina. Seguramente a los que le interese tener más información podrán pedírsela a ellas.

Los psicodramatistas que tenemos la suerte de poder asistir a estos congresos participamos en calidad de psicodramatistas asistentes o exponiendo talleres, como fue siempre desde que estos se vienen realizando. En el Congreso pasado en Ecuador, Llamada presento un taller compartiendo esta modalidad “no institucional” de funcionamiento en Red. En el próximo que se realizará en Cuba, Llamada no presenta ningún taller o ponencia. Sí cabe resaltar que desde la Red Llamada estamos tratando de facilitar a los que iran a Cuba toda la información disponible para allanar el camino y sumar más participantes.

Aclaramos esto para que no se preste a confusión y no altere el espíritu de “Llamada”.



Se acordó de seguir reuniéndonos el 1º sábado de cada mes alternando el horario en una vez a la mañana (9,30 hs a 12 hs.) y otra vez a la tarde (15 a 17 hs.) para contemplar así los que no pueden de mañana.



Coincidimos también en la realización de una Jornada Anual de Llamada, para el mes de agosto o setiembre. Un grupo se ofreció para ir planteando las primeras ideas.

Una vez abordados los temas de organización, a la sombra de las plantas del patio, entre mates y bizcochitos, nos dispusimos, como siempre, a trabajar: en “acción”.

El disparador fue: cómo elegir un tema convocante para la próxima reunión del 2 de abril a las 15 hs.

Nuestro anfitrión Guillermo Castañeda nos invita al salón y allí como caldeamiento dibuja en el espacio, con una tela de color, un portal… a otra dimensión, los participantes fuimos atravesándolo, algunos lentamente, otros saltando, otros con cautela, en fin …“se creo la magia” y empezamos a trabajar. Se despliegan telas de múltiples colores que se convierten en sensaciones, sentimientos, puentes, que serán atravesados por nosotros. De este nosotros surge sociométricamente elegido el “Rojo-Pasión”, pasión que despierta el psicodrama, pasión por la creatividad, por la vida. Este será el disparador para la próxima reunión. No hay un coordinador designado, todos, algunos o uno, podrá ser el “elegido”, según “el caldeamiento del momento”

Continuará en la próxima de abril.

Se recordó que los dos nexos virtuales de la red son: el grupo yahoo http://ar.groups.yahoo.com/group/llamada/ cuyos moderadores son Angélica Alizade y Marcelo Choclin y el blog http://www.redllamada.blogspot.com/ cuyo "rol bloguero" lo cumple Marcelo Choclin. A este último mchoclin@hotmail.com se le pueden mandar actividades, artículos, los Links de las instituciones, notas, etc.

El próximo encuentro: "La pasión en el Psicodrama”.

Sábado 2 de abril a las 15 hs. en la Casona de Humahuaca, Humahuaca 3508.

martes, 1 de marzo de 2011

1º REUNION 2011 de LLAMADA



Los esperamos para compartir expectativas,objetivos, temas, posibles actividades, el Congreso de Cuba....

Nos reunimos 9,30 hs. en la Casona de Humahuaca

Humahuaca 3508  CABA